El término «grava» hace referencia a rocas sedimentarias detríticas que resultan de la descomposición natural o inducida de otras rocas y minerales. Los fragmentos de grava presentan un diámetro que oscila entre 2 y 64 milímetros, exhibiendo una diversidad en su composición química. Predominantemente compuesta por rocas que contienen cuarzo y cuarcita, la grava también incluye fragmentos de caliza, basalto, granito y dolomita.
La grava se caracteriza por su apariencia rugosa, color oscuro y una marcada dureza, evaluada en 6 en la escala de Mohs. Su obtención se lleva a cabo de diversas maneras, destacando por su versatilidad en aplicaciones diversas.